«Y crearon la escuela, como el diablo lo ordenó. El niño ama la naturaleza, así que lo encerraron en cuatro paredes» .No puede estar sentado durante horas sin moverse, así que redujeron su libertad de movimiento al mínimo.
Le gusta trabajar con las manos y empezaron a darle información y teorías.Le encanta hablar con honestidad. Le enseñaron aguardar silencio. Se esfuerza por entender, le enseñaron a aprender de memoria.
Le gustaría explorar y usar su propio conocimiento (del alma) – pero lo tiene todo listo en docenas de hojas de trabajo grises. A través de todo esto, los niños aprendieron lo que nunca habrían aprendido en otras circunstancias: «aprendieron a no cuestionar y a adaptarse».
«Sabemos que están mintiendo. Saben que están mintiendo. Saben que sabemos que están mintiendo. Sabemos que ellos saben que sabemos que están mintiendo. Y aún así siguen mintiendo».* Aleksandr Isáyevich Solzhenitsyn